Flores secas para decorar

Las flores secas pueden servirnos para decorar cualquier rincón de nuestra casa durante todo el año, además nos permiten disfrutar de sus colores y belleza. En el invierno, cuando las flores naturales son difíciles de encontrar, un arreglo de flores secas nos ofrece una alternativa fácil e interesante para decorar nuestro hogar. Y conocer los métodos de secado es clave para dar rienda suelta a nuestra creatividad.

El color, la forma y la textura son los factores que afectan al éxito y al estilo de un arreglo y, de los tres, el más importante es el color. Puedes utilizar la disposición de las flores para resaltar la tonalidad de las cortinas, alfombras y otros complementos. Antes de empezar, debes decidir si vas a crear un arreglo multicolor o si prefieres trabajar con una gama de plantas monocromáticas.

La variedad en la textura se consigue mezclando flores con semillas o corteza, o bien combinando flores delicadas con ramilletes más densos. Cuando hagas un arreglo de flores secas no hay que precipitarse ya que los materiales son delicados, y muchos de ellos pueden romperse.

Las flores secas podemos obtenerlas directamente en tiendas especializadas que ofrecen una gama de materiales muy surtida, con una gran diversidad de colores y tamaños. También puedes secarlas tu misma con las flores de tu jardín en los paseos por el campo encontrarás un montón de flores y hojas que puedes secar y añadir a tu colección. También puedes recoger semillas, frutos secos, avellanas, nueces y piñas, así como hierbas del campo, troncos con formas curiosas y trozos de madera que aportarán una mayor dimensión a sus arreglos.

Secar flores y hojas es muy fácil. La forma más sencilla es colgarlas hacia abajo en un sitio seco y aireado. También puedes usar el microondas para agilizar el proceso o productos secantes para flores delicadas; otras hojas y ramas responden bien a la glicerina. Recuerda que las flores no deben estar en plena floración, pues tienden a perder los pétalos durante el proceso de secado. Desecha las que estén húmedas por el rocío o la lluvia, y si es necesario, puedes ponerlas en un jarrón con agua hasta que se haya secado la humedad de los pétalos.