Tarimas flotantes

Un gran ventaja es que la tarima flotante no requiere ninguna obra en especial y se instala sobre cualquier suelo que esté liso y duro ( sobre gres, terrazo, parquet, sintasol, solera de cemento, etc. ). Para su instalación se extiende un aislante sobre el suelo sobre el que se van ensamblando las tablas. Y si algún día quisiéramos desmontar la tarima, el suelo que hubiera debajo estará intacto.
Hay que distinguir entre los dos tipos fundamentales de tarimas flotantes que existen:
Laminada: se trata de un suelo rechapado en MDF, con una capa de uso imitando a la madera que queramos, roble, arce, haya, cerezo, etc. En la superficie, incorporan unos tratamientos para evitar (en condiciones de uso y tiempo adecuadas), que se rayen, se quemen ó cambien de color con el paso del tiempo. Como son materiales sin mantenimiento no hay que darles ceras, ni barnices, ni ningún tratamiento especial. Basta con barrerlas y fregarlas con la fregona muy escurrida, añadiendo un poco de limpiador para laminados. Este tipo de tarimas está indicado para instalaciones en las que va a haber mucho tránsito. Cuanto más resistente sea la tarima que instalemos, más tiempo durará en buenas condiciones.
Madera: son tarimas flotantes, que se instalan sobre un aislante como las anteriores, pero se distinguen de las otras por tener una capa de madera noble de entr

Al tratarse de madera auténtica posee grandes cualidades:
- Se puede lijar y volver a barnizar, si con el paso del tiempo se ha deteriorado.
- Su aspecto es insuperable, se trata de madera auténtica, es el producto original, "viste mucho" el lugar donde se instala.
- Es bastante más dura que el parquet tradicional pegado. La tarima de madera viene acabada de fábrica, con siete manos de barniz de poliuretano, secado en horno, totalmente terminada.
- No requiere ningún tratamiento en el lugar de instalación, es llegar y colocar.
Tarimas flotantes
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